SportSalud. Hoy, el doctor Alberto Sacristán, nos trae una serie de recomendaciones para mantener un nivel óptimo de hidratación, ahora que llega el calor y que los golpes de calor por falta de agua, pueden jugarnos una mala pasada, sobre todo si estamos realizando deporte.
Para mantener un buen nivel de hidratación:
1. Es recomendable ingerir de 4 a 10 vasos de líquidos al día, aunque no se tenga sed, especialmente en situaciones de calor. Se aconseja la ingesta de agua y otras bebidas que son clave para asegurar una buena hidratación.
2. Consumir ciertos alimentos con un alto porcentaje de agua puede ayudar a mantener un buen nivel de hidratación: frutas y verduras (melón, sandía, fresa, pomelo, uva, naranja, tomate, zanahoria, calabaza, etc.).
3. Es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio físico, y evitar practicarlo en los momentos del día de mayor calor
4. Para ayudar a una ingesta diaria adecuada de líquidos, puede ser conveniente ingerir bebidas con diversidad de sabores.
5. Es aconsejable consumir bebidas con sales minerales y glucosa que pueden facilitar una mejor rehidratación en situaciones de deshidratación leve.
6. No son recomendables las bebidas alcohólicas para evitar la deshidratación e incluso pueden llegar a provocarla. En caso de comidas copiosas, se requiere un aporte suplementario de líquidos.
Prestar especial atención al nivel de hidratación cuando:
1. Se manifieste sed, sequedad de las mucosas y de la piel y disminución de la cantidad de orina, síntomas de casos leves de deshidratación.
2. Se den situaciones que pueden favorecer la deshidratación como fiebre, diarreas y vómitos.
3. Se tomen ciertos medicamentos o padezcan algunas enfermedades, que pueden requerir una recomendación específica de hidratación.
4. Se produzca una pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, somnolencia, dolor de cabeza y cansancio extremo; se recomienda consultar al médico.
Específicamente:
1. Los lactantes y los niños necesitan proporcionalmente más aporte de líquidos que los adultos y tienen mayor riesgo de deshidratación: se recomienda la lactancia materna y respetar las proporciones de agua y leche en la preparación del biberón.
2. Las personas mayores tienen disminución de la sensación de sed: para evitar su deshidratación es mejor ofrecer bebidas en pequeñas cantidades que insistir en la ingesta de grandes volúmenes de líquidos.
3. Embarazadas. En el embarazo la evolución y el desarrollo del feto están influenciados por un correcto aporte de líquidos. Una buena hidratación alivia el estreñimiento y previene las infecciones de orina.
4. Madres en fase de lactancia. La leche materna contiene un 90% de agua, por lo que una madre lactante debe ingerir alrededor de 8 a 14 vasos de líquido al día.
1. Es recomendable ingerir de 4 a 10 vasos de líquidos al día, aunque no se tenga sed, especialmente en situaciones de calor. Se aconseja la ingesta de agua y otras bebidas que son clave para asegurar una buena hidratación.
2. Consumir ciertos alimentos con un alto porcentaje de agua puede ayudar a mantener un buen nivel de hidratación: frutas y verduras (melón, sandía, fresa, pomelo, uva, naranja, tomate, zanahoria, calabaza, etc.).
3. Es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio físico, y evitar practicarlo en los momentos del día de mayor calor
4. Para ayudar a una ingesta diaria adecuada de líquidos, puede ser conveniente ingerir bebidas con diversidad de sabores.
5. Es aconsejable consumir bebidas con sales minerales y glucosa que pueden facilitar una mejor rehidratación en situaciones de deshidratación leve.
6. No son recomendables las bebidas alcohólicas para evitar la deshidratación e incluso pueden llegar a provocarla. En caso de comidas copiosas, se requiere un aporte suplementario de líquidos.
Prestar especial atención al nivel de hidratación cuando:
1. Se manifieste sed, sequedad de las mucosas y de la piel y disminución de la cantidad de orina, síntomas de casos leves de deshidratación.
2. Se den situaciones que pueden favorecer la deshidratación como fiebre, diarreas y vómitos.
3. Se tomen ciertos medicamentos o padezcan algunas enfermedades, que pueden requerir una recomendación específica de hidratación.
4. Se produzca una pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, somnolencia, dolor de cabeza y cansancio extremo; se recomienda consultar al médico.
Específicamente:
1. Los lactantes y los niños necesitan proporcionalmente más aporte de líquidos que los adultos y tienen mayor riesgo de deshidratación: se recomienda la lactancia materna y respetar las proporciones de agua y leche en la preparación del biberón.
2. Las personas mayores tienen disminución de la sensación de sed: para evitar su deshidratación es mejor ofrecer bebidas en pequeñas cantidades que insistir en la ingesta de grandes volúmenes de líquidos.
3. Embarazadas. En el embarazo la evolución y el desarrollo del feto están influenciados por un correcto aporte de líquidos. Una buena hidratación alivia el estreñimiento y previene las infecciones de orina.
4. Madres en fase de lactancia. La leche materna contiene un 90% de agua, por lo que una madre lactante debe ingerir alrededor de 8 a 14 vasos de líquido al día.
Dr. Alberto Sacristán
Director Médico de SportSalud
C/Vinaroz 44, 28002 Madrid