Photo: Tim De Waele |
RFEC. Zdenek Stybar ha logrado hoy en Hoogerheide su tercer ‘arco iris’, después de un cerrado y apasionante duelo con Sven Nys, en uno de los Mundiales más emocionantes que se recuerdan y que se decidió en la última vuelta por apenas 12 segundos.
El checo no tenía muy claro el participar en este Mundial, pero tras ver el recorrido se convenció rápidamente hasta declarar que era el recorrido idóneo para él. Y así ha debido ser, aunque Nys nunca cedió y tan sólo un potente ataque de Stybar en la última vuelta le sirvió para llevarse su tercer Campeonato del Mundo.
La carrera estuvo marcada por el habitual ataque tempranero del francés Francis Mourey que el propio Nys respondió rápidamente y en primera persona. Sin embargo, ese acelerón provocaría la selección que resultaría definitiva, con belga, checo, francés y el neerlandés Lars Van der Haar, dispuesto a ser profeta en su tierra. Por detrás un grupo de hasta siete corredores se limitaba a verlos desde lejos, sin opción ya a conectar. Un septeto en el que no estaba un Niels Albert que fue la decepción del Mundial, ya que, tras una caída calentando, salía bastante mal y terminaba desconectando de la carrera para acabar en el puesto 20.
Tanto Mourey como Van der Haar tenían problemas para seguir a los dos grandes protagonistas, con acelerones de Stybar y cambios de ritmo de Nys. Incluso el campeón de la Copa del Mundo parecía demasiado nervioso, gastando más de lo que debía. El caso es que a falta de cuatro vueltas ambos ya habían perdido contacto irremisiblemente.
Los giros siguientes fueron de tanteo entre belga y checo, sin que sucediese nada definitivo hasta la penúltima vuelta en la que un resbalón en el barro de Stybar proporcionaba la primera ventaja sólida a Nys –aunque fuese de apenas cinco segundos-, aunque la Justicia, en forma de caída tonta del belga al apoyarse en una estaca para dar un mejor giro, rehizo la igualdad.
Por detrás, Kevin Pauwels y Klaas Vantornaut había arrancado desde atrás para superar a Van der Haar y rodar con pequeñas diferencias entre ellos, aunque a medio minuto de los dos líderes.
Así se entraba en la última vuelta en la que se decidiría la carrera. Nys lo intentó un par de veces, pero con bastante menos convicción, hasta que un acelerón de Stybar en uno de los puentes le puso en cabeza, porfiando en su intento para coger cinco segundos que serían claves, ya que el belga no tuvo ya capacidad de reacción, teniéndose que conformar con la plata a 12”. Pauwels completaba el podio, a 40”, con otros dos compatriotas –el mencionado Vantornout y Tom Meussen- en las siguientes posiciones. No se había ganado, pero de los cinco mejores, cuatro eran belgas. Van der Haar terminaba en una agridulce sexta posición.
Para Stybar, en meta, alegría relativa. "Aunque este título me alegra mucho, no es lo mismo que cuando fui campeón del Mundo por primera vez", para añadir que “he corrido sin presión ya que este Mundial no era un objetivo, sino un paréntesis en mi preparación de carretera”.
En cuanto a los españoles, Javier Ruiz de Larrinaga terminaba 33º y Aitor Hernández 39º, a 5-35 y 6-13 del vencedor, respectivamente, sin poder cumplir ese objetivo de mejorar sus anteriores prestaciones.
"Creía que había conseguido salir bien –comentaba el campeón de España-, pero Simon Zahner ha dado una vuelta de campana justo delante de mí y no he podido evitar irme al suelo. He tenido que desenganchar la bici, cuando la he cogido estaba la cadena fuera, he tenido que volver a ponerme en marcha tras montarla… y todo ello me ha hecho quedar muy atrás; más allá del puesto 50, según me han dicho. El ritmo de carrera ha sido muy bueno después, pero cuando he llegado al grupo del 30, y después de una larga remontada, he acusado mucho el esfuerzo y se me ha terminado haciendo muy larga la prueba"
El circuito estaba muy, muy duro; exagerado. Era terreno muy pesado, de ‘golpe de riñón’ en todo momento, y eso también influye en la forma de correr y en la gestión de los esfuerzos. Quizás si hubiese entrado en otros grupos al remontar y hubiese llegado a ese trigésimo puesto con algo más de chispa me hubiese motivado más, pero qué podemos hacer. Me da mucha pena, porque esta vez no ha sido un problema mío en la salida -aunque tampoco me he metido entre los veinte primeros, he mantenido posición sin problemas-, pero es lo que hay, no siempre puede salir todo bien”, terminaba ‘Larri’.
“Obviamente no estoy satisfecho, esperaba poder estar más adelante pero no he podido estar a la altura”, añadía Hernández, que tenía una muy buena salida. “He llegado a estar en torno al veinte, pero las piernas no me iban. No es que me haya dado el calentón y luego lo haya acusado. Simplemente que no tengo el golpe de pedal. No sé si será que todavía no he recuperado de la enfermedad. El caso es que no me he encontrado bien, he ido a menos y he terminado mucho más atrás de lo que pensaba”.
Y aunque aún le quedan tres carreras más en Bélgica, como a Larrinaga, “la cabeza ya piensa en terminar ya la temporada, descansar y pensar ya en el próximo año”.