ElUltimoSprint. The Armstrong Lie, cuenta el regreso de Lance Armstrong al ciclismo depues de su retirada. “No es que haya vivido un montón de mentiras, he vivido una gran mentira”. Con estas declaraciones del propio Lance Armstrong se inicia el documental dirigido por Alex Gibney, que se ha presentado en el festival de Venecia de este fin de semana.
El documental que podia haber sido, algo digno de ver, se ha convertido en el cuento de Pinocho... que nadie espere grandes novedades, todo se ha dicho ya, tanto en la prensa escrita, como en la televisiva, tras su confesión en el programa de Oprah Winfrey.
Como reconocio el director del documental, Alex Gibney, "Armstrong ya no es un misterio, ni mucho menos un milagro de la ciencia médica, tampoco un mito. Lo que queda de Armstrong es la figura de un gran contador de historias que supo manejar con extraordinaria habilidad los elementos míticos inherentes a su relato de superación. Sí, Armstrong era un gran mentiroso."
The Armstrong Lie tiene su propia historia, la historia de su origen y producción, que es la que cuenta un Gibney que en 2008 fue contactado por Armstrong para hacer un documental sobre su vuelta al ciclismo y su nueva participación en el Tour de Francia de 2009.
Con los mejores medios, inlcuido el acceso a todo su entorno, el director se dispuso a filmar el Tour de Francia que arrancaba ese año en Mónaco. Lo primero que se encontró fue con la hostilidad de mucha gente que veía el intento como una operación de lavado de cara. Greg Lemond, acérrimo enemigo de Armstrong, contrató a su propio equipo de documentalistas para proponer una versión alternativa.
Gibney que creía en la palabra de Armstrong, se llevo su primera decepción cuando salieron a la luz las denuncias de Floyd Landis y Tyler Hamilton, entonces, se dió cuenta y acabo rodando una película sobre la mayor mentira de la historia del deporte. Ahora, la historia se escribe de distinta manera, como una confesión en primera persona, pero contada por el propio Gibney.
En la famosa etapa con el duelo Armstrong-Contador, y sabiendo que el americano ya no ganaria su 8º Tour, el director encuentra en esta etapa el mejor final para su película, con un Armstrong que termina 3º, derrotado pero demostrando, que corre limpio y que no se ha dopado, pero la relalidad pudo con él. El ansia por ganar saco a relucir una posible transfusión y sus artimañas para doparse con la intención de volver para ganar, dieron con el final de una carrera meteorica que siempre fue una gran mentira.
Uno de los testimonios que recoge Gibney habla del odio que tenia Armstrong a la derrota, y aún después de haber reconocido su mentira, su prepotencia y arrogancia siguen por encima del arrepentimiento: “aunque borren del historial del Tour todos mis triunfos, todo el mundo sabrá quién ganó esos siete Tours entre 1999 y 2005”.
Armstrong fue un mito, una gran ciclista y un gran mentiroso...
El documental que podia haber sido, algo digno de ver, se ha convertido en el cuento de Pinocho... que nadie espere grandes novedades, todo se ha dicho ya, tanto en la prensa escrita, como en la televisiva, tras su confesión en el programa de Oprah Winfrey.
Como reconocio el director del documental, Alex Gibney, "Armstrong ya no es un misterio, ni mucho menos un milagro de la ciencia médica, tampoco un mito. Lo que queda de Armstrong es la figura de un gran contador de historias que supo manejar con extraordinaria habilidad los elementos míticos inherentes a su relato de superación. Sí, Armstrong era un gran mentiroso."
The Armstrong Lie tiene su propia historia, la historia de su origen y producción, que es la que cuenta un Gibney que en 2008 fue contactado por Armstrong para hacer un documental sobre su vuelta al ciclismo y su nueva participación en el Tour de Francia de 2009.
Con los mejores medios, inlcuido el acceso a todo su entorno, el director se dispuso a filmar el Tour de Francia que arrancaba ese año en Mónaco. Lo primero que se encontró fue con la hostilidad de mucha gente que veía el intento como una operación de lavado de cara. Greg Lemond, acérrimo enemigo de Armstrong, contrató a su propio equipo de documentalistas para proponer una versión alternativa.
Gibney que creía en la palabra de Armstrong, se llevo su primera decepción cuando salieron a la luz las denuncias de Floyd Landis y Tyler Hamilton, entonces, se dió cuenta y acabo rodando una película sobre la mayor mentira de la historia del deporte. Ahora, la historia se escribe de distinta manera, como una confesión en primera persona, pero contada por el propio Gibney.
En la famosa etapa con el duelo Armstrong-Contador, y sabiendo que el americano ya no ganaria su 8º Tour, el director encuentra en esta etapa el mejor final para su película, con un Armstrong que termina 3º, derrotado pero demostrando, que corre limpio y que no se ha dopado, pero la relalidad pudo con él. El ansia por ganar saco a relucir una posible transfusión y sus artimañas para doparse con la intención de volver para ganar, dieron con el final de una carrera meteorica que siempre fue una gran mentira.
Uno de los testimonios que recoge Gibney habla del odio que tenia Armstrong a la derrota, y aún después de haber reconocido su mentira, su prepotencia y arrogancia siguen por encima del arrepentimiento: “aunque borren del historial del Tour todos mis triunfos, todo el mundo sabrá quién ganó esos siete Tours entre 1999 y 2005”.
Armstrong fue un mito, una gran ciclista y un gran mentiroso...
