Javier Montes Sánchez. Sin Spartacus en la prueba, Tom Boonen cumplió los pronósticos y se ha impuesto por cuarta vez en la París-Roubaix, que este año celebra su 110ª edición. Le acompañaron en el podio final, Sébastien Turgot (Team Europcar) y Alessandro Ballan (BMC) que fueron segundo y tercero, respectivamente. Juan Antonio Flecha (Sky), no puedo con ellos en el sprint final y termino 4º.
Boonen se adjudica en una semana las dos clásicas más duras del calendario, después de vencer la semana pasada en el Tour de Flandes. El belga que ya había ganado las ediciones de 2005, 2008 y 2009, iguala con su cuarto entorchado la plusmarca histórica de su compatriota Roger De Vlaeminck, dominador de la carrera en los años setenta.
Se notaron mucho las ausencias de Philippe Gilbert, Peter Sagan y Fabian Cancellara. El alto ritmo que imprimieron los participantes desde el principio de la prueba dificultó que se formase la escapada, pero en el kilómetro 69, un grupo de 12 corredores consiguio protagonizar la primera fuga. Sólo unos kilómetros después, una caída en el tramo adoquinado de Aulnoy-lez-Valenciennes-Famars provocó que el pelotón se dividiese en tres. Dos de los favoritos a hacerse con la clásica, Filippo Pozzato y el Flecha, que se habían quedado rezagados, lograron volver a meterse en el grupo de favoritos, pero una nueva caída redujo el grupo a ocho ciclistas, y la escapada quedó neutralizada.
Mientras, Sylvain Chavanel trabajaba para allanar el camino a Boonen, Hushovd (BMC) sufría una caída y más adelante también Pozzato quedaba prácticamente descartado para la victoria. A partir de entonces, Boonen, con todos los equipos luchando contra él por ser el claro favorito en ausencia de Cancellara, protagonizó una remontada espectacular que le permitió entrar en el sector nueve con 34 segundos de ventaja sobre sus perseguidores. En el kilómetro 233, Ballan y Flecha lanzaron un ataque en busca del belga, al que también se unió su compatriota Johan Vansummeren para intentar atrapar a Boonen, pero el ritmo que imprimía el líder, con más de un minuto y diez segundos de ventaja, era inalcanzable a la altura del Carrefour de l'Arbre.
Nadie pudo arrebatarle el histórico triunfo a Boonen, que llegaba al Velódromo de Roubaix en un tiempo de 5:54:38 para alzar su cuarto trofeo en la carrera francesa.
Boonen se adjudica en una semana las dos clásicas más duras del calendario, después de vencer la semana pasada en el Tour de Flandes. El belga que ya había ganado las ediciones de 2005, 2008 y 2009, iguala con su cuarto entorchado la plusmarca histórica de su compatriota Roger De Vlaeminck, dominador de la carrera en los años setenta.
Se notaron mucho las ausencias de Philippe Gilbert, Peter Sagan y Fabian Cancellara. El alto ritmo que imprimieron los participantes desde el principio de la prueba dificultó que se formase la escapada, pero en el kilómetro 69, un grupo de 12 corredores consiguio protagonizar la primera fuga. Sólo unos kilómetros después, una caída en el tramo adoquinado de Aulnoy-lez-Valenciennes-Famars provocó que el pelotón se dividiese en tres. Dos de los favoritos a hacerse con la clásica, Filippo Pozzato y el Flecha, que se habían quedado rezagados, lograron volver a meterse en el grupo de favoritos, pero una nueva caída redujo el grupo a ocho ciclistas, y la escapada quedó neutralizada.
Mientras, Sylvain Chavanel trabajaba para allanar el camino a Boonen, Hushovd (BMC) sufría una caída y más adelante también Pozzato quedaba prácticamente descartado para la victoria. A partir de entonces, Boonen, con todos los equipos luchando contra él por ser el claro favorito en ausencia de Cancellara, protagonizó una remontada espectacular que le permitió entrar en el sector nueve con 34 segundos de ventaja sobre sus perseguidores. En el kilómetro 233, Ballan y Flecha lanzaron un ataque en busca del belga, al que también se unió su compatriota Johan Vansummeren para intentar atrapar a Boonen, pero el ritmo que imprimía el líder, con más de un minuto y diez segundos de ventaja, era inalcanzable a la altura del Carrefour de l'Arbre.
Nadie pudo arrebatarle el histórico triunfo a Boonen, que llegaba al Velódromo de Roubaix en un tiempo de 5:54:38 para alzar su cuarto trofeo en la carrera francesa.