EL GRAN DUELO DEL PUY DE DOME


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Luis Angel Martin. Amigo Búfalo, sabes que me gusta seguir la actualidad ciclista por tu página y en este siglo XXI donde todo va tan deprisa, donde todo lo mueve el dinero y donde muchas veces y tal vez, movidos por intereses desconocidos para muchos de nosotros, algunos tratan de pintar de negro un deporte tan grandioso como el ciclismo, me vas a dejar que te cuente una historia que sucedió cuando, creo que aún tu no habías nacido, vale, vale... estoy de acuerdo, es ciclismo histórico pero te juro que es ciclismo auténtico y como dentro de pocas fechas comienza "El Tour" déjame retroceder en el tiempo al año 1.964, Tour número 51, con 22 etapas y 4.505 km con salida en Rennes y llegada a Paris el 14 de Julio fiesta nacional francesa.

Probablemente te estarás preguntando por qué me remonto a ese año y concretamente a una etapa concreta, Brive - Clemont Ferrand de 237,5 km con llegada en el Puy de Dome, pues verás es muy fácil y permíteme que personalice. Yo rondaba en aquella época los 17 años y por razones familiares pasaba algunas temporadas en el mediodía francés y tal vez al que lea esto le sorprenda saber que, lo mismo que en España en aquel tiempo se podía oir hablar en los bares del Cordobés o del Viti, por decir algo, en el sur de Francia, a cualquier hora se oía hablar, también en los cafés, de dos españoles.... Federico Martín Bahamontes y Julio Jiménez, con todos mis respetos a los grandes escaladores del Tour creo que, solamente José Manuel Fuente y Pantani estuvieron a su altura en la historia de la Gran Ronda .

Pero vamos a la etapa concreta, ese día se juega una baza histórica. Raymond Poulidor, el "Eterno Segundón" puede lograr, por primera vez en su carrera deportiva, vestir el Maillot Amarillo de líder (cosa que nunca consiguiría). Al inicio de la etapa Jacques Anquetil (que sería cinco veces ganador del Tour) le aventaja en 55 segundos. Arriba en el Puy hay una bonificación de 60 segundos para el vencedor de la etapa. Poulidor puede ganar...

En la base del puerto son cuatro los corredores que llegan en cabeza Jacques Anquetill, Raymond Poulidor y dos españoles Julio Jiménez y Martín Bahamonte. En la subida todos esperamos el ataque, los españoles, el de Bahamontes, los franceses el de Poulidor (en mi opinión más querido por la afición francesa) pero pasan los minutos y el ataque no llega, son muchos kilómetros de etapa y muchos más de Tour y eso pesa en las piernas. De repente Julio Jiménez arranca y toma unos metros, al poco le sigue Bahamontes y los dos franceses se quedan subiendo hombro con hombro, apretando, aflojando, luchando, pero el puerto parece no acabar nunca para ellos. De repente, a un kilómetro de la llegada Anquetill pierde un metro, luego cinco, luego diez, Poulidor se marcha y llega delante pero arriba con la diferencia y la bonificación al tercero, no consigue vestirse de amarillo por tan solo 14 segundos... El podio de Paris fue Anquetill vencedor, Poulidor a 55 segundos y Bahamontes a 4 minutos 44 segundos. La última contra-reloj (Versalles -Paris) trajo la calma.

Años después, Anquetill declararía: Si ese día Poulidor me hubiera quitado el Maillot Amarillo yo me hubiera ido para mi casa (estas actitudes eran habituales en él).

Julio Jiménez terminó séptimo a 12 minutos 13 segundos y aunque mi especialidad no son las estadísticas diré que Raymond Poulidor, el "eterno segundón" nunca consiguió vestirse de amarillo, su último Tour lo corrió con 42 años, ocho veces subió al podio en Paris, tres veces fue segundo (1.964, 65 y 74) y cinco veces tercero (1.962, 66, 69, 72 y 76). Fue la eterna sombra de Anquetill y en una Paris - Niza, yendo de líder, en la última etapa, el normando le arrebató la victoria, de aquello se habló mucho en Francia y fue causa de temporal enemistad entre ambos pero pasados los años Anquetill diría que siempre tuvo que emplearse a fondo para luchar con "ese gran campeón" y Poulidor comentó una vez... Anquetill no rodaba, se deslizaba por la carretera...

Ya lo ves Búfalo del "segundo" casi nadie se acuerda y menos en un deporte donde el último merece tan fuerte aplauso como el primero pero en fin esto solo son viejas historias del viejo ciclismo.

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